La cirugía de mínima invasión implica la utilización de técnicas como laparoscopia, la cual consiste en realizar pequeñas incisiones o heridas que nos permiten introducir aparatos especiales y una cámara para así llevar a cabo el procedimiento.
Este tipo de técnicas son seguras, nos permiten una recuperación más rápida, un menor tiempo de hospitalización y mejores resultados estéticos sin comprometer la seguridad del paciente y el desenlace de la cirugía.
Se puede utilizar para distintas enfermedades como la criptorquidia (testículo no descendido) y malformaciones de la vía urinaria.